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Ghosting Laboral o “De la incompetencia comunicativa”

Cuándo es más fácil esfumarse que comunicar en el trabajo

Ghosting Laboral

Parece que la Era digital en la que estamos inmersos propicia estar ocultos tras las pantallas de nuestros dispositivos y esto hace que nos resulte más sencillo el acabar nuestras relaciones personales y laborales sin dar explicaciones.

El término ghosting, derivado de ghost (del inglés, fantasma) consiste en terminar una relación personal afectiva cortando todo contacto con la otra persona y sin dar ninguna explicación. Una actitud que tiene consecuencias muy negativas en la autoestima de la persona que la recibe.

Esta misma filosofía se aplica ya al entorno empresarial denominado Ghosting laboral y tiene varias aplicaciones, veámoslas:

  • Del candidato a la empresa: a aquellos empleados o candidatos que abandonan su puesto de trabajo o el proceso de selección de la noche a la mañana, sin previo aviso dejando ojipláticos a sus jefes. Estos profesionales han llegado a un punto de “burn out” tal que estallan al estilo “Un día de furia”.
  • De la empresa al candidato: cuando quien hace ghosting es la empresa seleccionadora o bien la empresa final a la que se ha aplicado la candidatura. Llevas varias entrevistas de selección, la cosa parece que fluye y un buen día tras la última entrevista, te dice, “te llamaremos…” y luego “jamás se supo”. Te “han dejado”, sin explicaciones, te quedas con tus porqués, tus dudas y tu frustración.
  • Del proveedor a la empresa: cuando confías en un partner y desaparece de la noche a la mañana, el partner decide que ya no eres el cliente buscado y decide terminar la relación asumiendo incluso la penalización. Te toca buscar otro partner y arreglar “el desaguisado”.
  • De la empresa al proveedor: cuando te hacen hacer una decena de propuestas, pierdes la cuenta de reuniones y un día dejan de responder los mails, las llamadas, se abre un silencio ensordecedor al otro lado y no sabes muy bien qué ha pasado. Repasas mil y una veces qué has podido hacer mal y con suerte alguien te responde tras meses diciéndote algo así como la canción de Luis Fonsi “no eres tú, no eres tú, soy yo…”

No nos engañemos, con este tipo de práctica no estamos acabando o cerrando relaciones, las estamos evitando, porque nos resulta incómodo, doloroso, porque falta el coraje y la habilidad comunicativa necesaria para hacerlo como un buen profesional sea cual sea la posición laboral en la que estés.

En palabras llanas, esta práctica es de cobardes e incompetentes comunicativos. Y aunque pensemos que quien recibe este trato es el que se lleva la peor parte, y puede que sea así en el corto plazo por el mal sabor de boca que deja; en el medio y largo plazo y en un mercado en el que todo el mundo se termina conociendo esta práctica tan poco elegante puede acabar con la reputación de muchos profesionales y marcas que muestran y aparentan unos valores, pero ponen en acción otros muy distintos.

 

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